A HUGO…, él que siempre se defendió de las estribaciones del
presente
Por Brunilde I. Palacios
Rivas y Antonio José Guevara
PRENSA ALTERNATIVA, COMUNITARIA Y PEDAGÓGICA EL NEGRERO
de San Agustín
Chávez
o Hugo…, como lo llamaban lo niños de Venezuela y el mundo, siempre estuvo comprometido
con Venezuela, con la unión de la América Hispana y con la paz del mundo. Se no
fue un amigo, un ser humano que no era de este mundo y que siempre estuvo
siempre pendiente de convertirla en una potencia para las futuras generaciones.
Se fue dejándonos un sabor de
compromiso, en el que siempre nos pidió que actuáramos con consciencia y que no
nos apresuráramos ante los momentos difíciles.
Se nos
fue con esa sonrisa y esa mirada en silencio que siempre lo caracterizaba y nos
servían de ejemplo para exigirnos que tomáramos en cuenta, lo bello que es
Venezuela.
Se nos fue Chávez…, a lo
mejor lo vinieron a buscar, pero siempre estará aquí, acompañándonos a los
negros, negras, morenos y morenas, exigiéndonos con esa miranda…, que aunque la
experiencia de la perdida, es irremediable y definitiva, siempre nos deja un
tropel de recuerdos para que el velo de la indiferencia no deje de descorrerse
para que no nos sepulten la memoria, aunque sea muy dolorosa y a lo mejor te
reúnas con el negro Juan Pírela, él de Vargas que se apodaba como Papito y
entre los dos siempre nos recordaran que nos es bueno que sigamos enarbolando el
sabor desolado de su significación, porque cada día perdemos algo, en el que no
es aceptable que te perdiste bajo la ley inexorable de la resignación o por la
aceptación de la imposición de lo desconocido, aunque desde el lugar de la
nostalgia nos hace pensar sobre el
significado de la perdida y sobre la devastación que sufre la memoria, cuando
la obligan a confrontarse con los residuos de unos recuerdos que se hayan
golpeados y rivalizados por el ansia
imposible de volver a la fuente del
recuerdo y a la vez al duelo de la memoria, donde el espesor del dolor se hace
incompresible, porque buscamos dentro de los subterfugios, sus aristas, para no
quedarnos desorientados y encontrar las evidencias de sus recuerdos, porque
recordando pareciera que estuvieras allí…, donde el halo del viento serpentea
en las orillas de la piedras y el agua de las marina pacieran cobijarlas para
protegerla de la violencia del extravío, para seguir recordándote con la misma
manera como te conocimos y para no aceptar que hasta hace poco eras vida y movimiento,
porque tú perdida es irremediable…, pero no
se halla ahora sepultada por la desolación, puesto que el rumor del mar,
no se atrevido a borrar o atenuar lo que tú presencia significa o porque la
ausencia de lo que estuvo no comprendió, lo que debería estar condenado a
desaparecer y callar. Por ello, la memoria necesita mantener tu imagen de líder
que se puso al frente de la historia, para no quedarnos huérfanos de sus
verdades, y por ello siempre estaremos pendientes de que nuestra memoria este
siempre activa y recuperándose…, apelado a los hechos que forman parte del
pasado, en el que debemos reconstruir un mapa anterior a lo ocurrido, lo cual
marcará el carácter definitivo de lo perdido y preservar la memoria de un Hugo
que siempre estuvo pendiente de defenderse de las estribaciones del presente,
porque te convertiste en el Hugo maestro, Hugo Chávez el líder y en el Hugo
Chávez de los venezolanos que se convirtió en un icono de liberación para los
pueblo del mundo.
¡CARAJO! hoy lloramos su muerte pero
mañana reivindicaremos su legado... Adiós compañero..!
LEONER LOPEZ.
C.I., 9.172.330
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