Las Cámaras municipales, los Consejos Legislativos y la Asamblea Nacional son instancias que tienen entre sus funciones la de controlar (que no es sinónimo de sabotear, obstruir u obstaculizar) a los respectivos Poderes Ejecutivos. Sin embargo, entre las distorsiones político-partidista de nuestra sociedad está el que muchas veces se interprete como un gesto de animosidad, saboteo o enemistad, el hecho de que uno de estos entes contralores haga alguna observación, por muy razonada que esta sea, a un proyecto proveniente del Poder Ejecutivo. Incluso, algunos miembros de estos cuerpos legislativos de la República, actúan en contra de su voluntad y principios, solamente por no perder el favor o la amistad de quienes en ese momento detentan el poder, y en el futuro, por retaliación, pueden quitarle el apoyo político para continuar ocupando las tan codiciadas posiciones. Esta será una dura verdad, pero es la pura verdad!
La otra cara de la moneda, es cuando los precitados entes Contralores están dominados por opositores rabiosos y enceguecidos contra quien dirige el poder Ejecutivo: todo lo que allí se presente para su debida discusión y aprobación, será objetado y blanco de la más ácidas descalificaciones, aunque sea una propuesta de avanzada, que a los ojos de todos beneficie al municipio, estado o nación. En fin, es una verdadera tragedia nacional que todo lo que proponga un amigo político esté bien y lo que proponga un adversario, con honrosas excepciones, sea calificado como un adefesio, aunque sea una obra de arte. Hace mucho daño a la salud ética, moral y espiritual del país porque abona el terreno del conflicto irracional permanente que crea angustia, desasosiego y cansancio social, y por supuesto abona el terreno de la corrupción.
Nos permitimos recordarles a todas y a todos que, a las y a los amigos se les ayuda diciéndole la verdad y ayudándole a que corrijan el rumbo a tiempo. Con medias verdades y con “pote de humo” En palabras de Simón: “LA VERDAD PURA Y SIMPLE, ES LA MEJOR MANERA DE PERSUADIR”. Sólo a los enemigos se les miente para engañarlos. Dicho en palabras de Bolívar: “A LOS ENEMIGOS NO SE LES ENGAÑA SINO LISONJEÁNDOLOS”. Por eso es que debemos huir de los aduladores, porque además que sólo dicen lo que la adulado o adulado quiere oír; siempre terminan traicionando para no perder la posición que le es más cómoda y beneficiosa en lo personal. Tampoco olvidemos lo que nos enseña la Biblia:¡Ay de quienes a lo bueno dicen malo y a lo malo bueno…¡ CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE.
San Juan de los Morros, miércoles 30 de octubre de 2013
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