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sábado, 19 de febrero de 2011

DISCURSO DE ANGOSTURA, 15 DE FEBRERO DE1819, 192 AÑOS DESPUES

General Henry Rangel Silva

Orador de Orden

Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional

Estado Bolívar, 15 Febrero 2011









Fernando Soto Rojas: Pueblo de Bolívar, pueblo de Venezuela, va a hablar un distinguido oficial de la nueva Fuerza Armada Bolivariana, vamos a apararnos y recibirlo de pie y una ovación por parte de nuestro pueblo. La tribuna es suya, General.

General Henry Rangel Silva: Buenas tardes digno pueblo de Venezuela…

Ciudadana Gabriela Ramírez, Ciudadano Clodosbaldo Russian, Defensora del Pueblo y Contralor General de la República, ciudadana Tibisay Lucena Presidenta del Consejo Nacional Electoral y demás rectores que le acompañan: ciudadanos diputados y diputadas de la Asamblea Nacional, ciudadano General Francisco Rangel Gómez Gobernador del Estado Bolívar, amigo y compañero de armas y el tren ejecutivo que lo acompaña; ciudadana Nidia Escobar de Rangel Primera dama del Estado Bolívar y Presidenta de la Fundación Social Bolívar, ciudadanos Ministros y Ministras del Gabinete Ejecutivo; ciudadanos miembros del Alto Mando Militar; ciudadana Vicepresidenta del Parlatino doctora Ana Elisa Osorio; ciudadanos alcaldes y alcaldesas de los diferentes municipio de esta vasta región del Estado Bolívar y otros estados que nos acompañan; ciudadano Presidente del Concejo Legislativo del Estado Bolívar y demás diputados y diputadas que lo integran; autoridades regionales civiles y militares y eclesiásticas del Estado Bolívar; ciudadanos directores de las distintas empresas del Estado Bolívar distinguidos invitados especiales; periodistas, camarógrafos, fotógrafos; miembros de la Orquesta; miembros de los grupos culturales que están acá; pueblo del Estado Bolívar que hoy en una sin par demostración de patriotismo se ha volcado a su Plaza Bolívar a celebrar con júbilo una vez más, el aniversario de este importante hecho que marcó un hito en la historia de la República; señoras y señores; amigos todos.

Los códigos, los sistemas, los estatutos, por sabios que sean son obras muertas que poco influyen en las sociedades, hombres virtuosos, hombres ilustrados, hombres patriotas constituyen las repúblicas. Simón Bolívar, discurso ante el Congreso de Angostura, 15 de Febrero de 1819.

Mi presencia en este honorable estrado obedece a la gentileza de la Asamblea Nacional y la Gobernación del Estado Bolívar ha tenido para conmigo de dirigirme a ustedes con motivo del centésimo nonagésimo segundo aniversario del discurso pronunciado por el Libertador en esta gloriosa ciudad.

Quiero iniciar mi intervención en este sagrado escenario de la inolvidable Angostura parafraseando a nuestro brillante escritor el doctor Arturo Uslar Pietri, hace 192 años se alzó en esta sala, con resonancia de eternidad, la voz de Simón Bolívar. Era entonces apenas el jefe de una hermosa y desesperada causa, venía de ocho años de lucha de encendida revolución y de agónica guerra y representaba en su persona, con indiscutible título, la revolución y la guerra. Había luchado mucho, porfiado mucho y ambicionado mucho, estaba quemado por el sol, oreado por el viento del mar y de la llanura, reducido a músculos y nervios, hecho al peligro y al azar e iluminado por unos ojos que parecían apagarse jamás, representaba bastante más de los treinta y seis años de ruda y aventurera vida que llevaba y el dorado uniforme y la espada de honor sobre el cuerpo breve, daban una inolvidable lección de verdadera grandeza.

En este momento crucial que nuestro destino precisamos resucitar al primero de los fundadores de la nacionalidad en el corazón de las generaciones actuales, no para darle matiz de interpretación esnobista y retoques de moda, sino para que sus exactas dimensiones históricas puedan servirnos de acicate y ejemplo.

Aquí en este lugar que ocupa esta plaza, ayer espacio abierto con árboles de sombra noble, el pueblo se había dado cita multitudinaria con el contagioso entusiasmo de una exultante alegría que lo encontraba de cara al alba del sueño de los héroes inmortales. El que más grande de que sabían se encontraba en ese momento en la imponente casona, llegando con su voy a la conciencia y al corazón de los ilustrados congresistas. La tropa por su parte, que se lucía en gallarda formación templaba su espíritu en la figura del sagrado tricolor que desplegaba su gloria con vigorosos movimientos como si estuviesen marcando la diástole y la sístole del corazón de la patria en esa mañana del 15 de febrero de 1819, engrandecía el cuerpo de la América Meridional.

El común del ciudadano al lado, hombro con hombro con el común del soldado, un solo pueblo presente ese día ante la faz inefable de su destino. Días atrás ese pueblo se había echado a las calles para irse a las orillas del Orinoco a esperar la llegada de la barca que traía la esperanza de América. Nuestro bardo cumanés Andrés Eloy Blanco nos lo cuenta de la siguiente manera, cito: Y llegó aquí a Angostura, en una playa primitiva atracó la canoa, vedle hundir en el suelo el tacón fino como el pinchazo de la avispa que quiere conocer su avispero, seguidle subiendo la cuesta hacia la ciudad, un revuelo de campanas anuncia su llegada, las casas se endomingan de banderas y de letreros, de Soledad arriban canoas de mujeres con cestas de mangos y mereyes del tiempo. Angostura gallea su presencia para gustarle al héroe guapo que tenía los ojos negros.

Evocando la historia, en 1816 el Libertador inicia la expedición de Los Cayos y seguidamente la de Yambo, escenario donde proclamó la abolición de la esclavitud en Carúpano e intentó recuperar la República. Era Bolívar un veterano que había visto dos veces derrumbarse la república en la espiral del fenómeno guerra y él se había propuesto levantarla y sostenerla, necesitaba el reconocimiento eficaz de su jefatura suprema. El panorama que columbra no era nada favorable, en Caracas el General Pablo Morillo representaba la autoridad del Rey de España y la Nueva Granada parecía pacificada.

En la encrucijada de la historia sabía que tenía que arder y consumirse como una llama con un puñado de héroes militares y civiles que le acompañaban, que había enfocado en darle profundidad y contenido a la revolución, fundó El Correo del Orinoco, espacio que se convirtió en conciencia doctrinaria y en el mejor documento de propaganda y prestigio intelectual en donde escribían los hombres más cultos de la independencia Don Germán Roscio, Francisco Osea, Fernando Peñalver y Manuel Palacios Fajardo entre otros, representaron el incontrastable poder de la razón y la moral contra el poder de la tiranía colonial.

Legisladores, dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta, yo pues me encuentro entre los seres más favorecidos de la divina providencia pues que ya he tenido el honor de reunir a los representantes del pueblo de Venezuela en este augusto Congreso, fuente de autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana y árbitro del destino de la nación.

El penetrante silencio de la sala lo envolvía todo, los rostros de los veintiséis diputados que en ese momento representaban la soberanía nacional reflejaban el mundo interior de lo expectante y sus miradas al principio se cruzaban dejando ver indagaciones del tiempo y de las circunstancias en que ese 15 de Febrero de 1819 se conjugaban en un hombre que había sido favorecido por la providencia para marcar el rumbo de la patria.

Legisladores fue su primera palabra y con ella electrizó todos los corazones que hechos en un solo corazón palpitaban con sonoridades ciudadanas y una diana pregonera, el eco de esa palabra retumbó en el ambiente, chocó contra la piedra del medio y de allí se perdió en los confines del Orinoco, en lo profundo de la selva y en el infinito del cielo de un azul inmaculado que esa mañana cubría la faz de Angostura, escogida para servir de vientre de los pueblos soberanos. Bolívar siempre pensó en grande, con magnas concesiones propuso un nuevo derecho, la unión de los países para una nación de repúblicas dirigidas a alcanzar el equilibrio del universo.

Desde su alma republicana demostró a lo largo de la historia ser el precursor de un proyecto histórico de independencia definitiva del Continente, que condujo a vivir la gloria de un movimiento de libertad, bajo la tutela de las leyes dictadas por el pueblo, en cada frase de su extraordinario discurso, con un pensamiento político filosófico dibujó las líneas de un proyecto de vida, de un proyecto de República, sembró las bases políticas contra las más voraces apetencias de dominación que bajo el yugo, el engaño y la tiranía y la ignorancia, intentaron subyugar a nuestro pueblo y apropiarse de nuestras riquezas y nuestras tierras.

No hay documento, dice Uslar Pietri, comparable en la historia de la independencia continental y en lo esencial mantiene su validez.

Es por eso que estar aquí hoy, a sólo 192 años de aquella épica mañana, constituye una revisión de ejemplo, una actualización de júbilo sobre los lineamientos presentados por el Libertador, porque estamos persuadidos que han trascendido y que tienen plena vigencia porque se sienten en las calles, en el lenguaje del pueblo y en el alma del venezolano. El pensamiento bolivariano está arraigado en nuestros corazones y ello debe constituirse en la motivación para consolidar su obra.

Este nuevo aniversario no debe ser considerado simplemente para recordar la historia con nostalgia sino que debe ser visto desde la grandeza de su propósito, es decir como la semilla del nacimiento de la libertad, la igualdad, la paz, la justicia y el amor a la patria y que ahora nos corresponde seguir abonando y defendiendo.

El Jefe Supremo de la República habla en el presente pro los labios de nosotros, somos millones de hombres libres y herederos de su legado histórico en el que descuellan mil batallas victoriosas que hacen imposible; que hacen perdón; que hacen posible la resurrección de la nación de repúblicas que él soñara. Para alcanzar la conciencia bolivariana se requiere más que la fuerza del deseo, precisamos de un recio apostolado espiritual y ello implica predicación con el ejemplo, trabajo, trabajo y más trabajo, necesitamos enderezar nuestros caminos al calor de la enseñanza y esa debe ser nuestra misión en la paz y en los conflictos con la sobrevivencia, internalizando en nuestra conciencia colectiva los mensajes liberadores de Bolívar todos estaremos potenciados al estudio y al trabajo creador.

La esclavitud, decía Bolívar esa mañana, es la hija de las tinieblas, un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción, la ambición, la intriga abusan de la seguridad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil, como realidades a las que son puras ilusiones toman la licencia por libertad, la traición por el patriotismo y la venganza por la justicia. Sólo con autosuficiencia podrá la Nación alcanzar la libertad en pie de igualdad. Entendemos que es en la dimensión espiritual del proyecto educativo donde está planteada la verdadera batalla de Venezuela, batalla que imperceptiblemente están afrontando quienes estudian y trabajan con integridad y consagración al servicio de la patria, empeñados como hoy están a lo largo y ancho de esta gloriosa geografía nacional.

Sólo con autosuficiencia podremos conformar aquella soñada nación bolivariana capaz de apalar los ríos de quienes pretenden hollar las túnicas de nuestro patriotismo, pero ¿cómo encauzar hacia el eros los caminos del odio que devienen de mil causas distintas y que aún persisten? Sabemos en el fundador del este país, que si no hay un respeto sagrado por la patria, por las leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo, un conflicto de singular de hombres a hombres, de cuerpo a cuerpo.

El camino de la perfección de los pueblos del mundo es el de las modificaciones favorables de la conducta individual y colectiva. Debemos cultivar el espíritu nacional, enaltecer la voluntad política e inflamarnos de voluntad patriótica.

Bueno es saber que el proyecto educativo que necesita este país para proyectarse al porvenir no puede tener más postulados que los pertinentes a la rectitud de espíritu, rectitud de espíritu tal como fue explicada por el Libertador en su Discurso de Angostura.,

De otro lado es necesario incorporar en la psiquis del ser humano los valores éticos de su proyecto del poder moral que connota conocimiento del país y de los hombres y es el único camino de la perfección.

Pensando en términos continentales el Libertador ejecuta un plan espiral creciente a fin de consolidar la soñada Colombeia, realiza la campaña de Boyacá para ablandar las fuerzas realistas de Venezuela y seguidamente la de Carabobo para asegurar el éxito obtenido en La Nueva Granada. Precursor de la geopolítica americana sabía que la América Meridional necesitaba un half land, es decir un núcleo motor, consideró que ese núcleo motor era Colombia. Luego, como lo ha previsto en su constructo geopolítico, desata la campaña del Sur para ampliar y redondear dicho núcleo con los territorios libertados. Bomboná y Pichincha le verán pasar con gloria, necesita con urgencia justificar su filosofía política. En Guayaquil impone sus irrefutables propósitos al ilustre General José de San Martín, ya nada le detiene. Prosigue al Perú, Junín y Ayacucho le ven pasar cubierto de laureles victoriosos, consolida la independencia de aquel país, en cuya Provincia de Charcas o Alto Perú, será fundada una nueva República, Bolivia la hija predilecta.

Pero Bolívar no se cansaba, pensaba y repensaba y subyacentemente desarrollaba un ideal panamericano que habría de ser llamado Congreso Anfitriónico de Panamá, el cual convocado antes de Ayacucho, confirma su visón, es decir su capacidad geopolítica, sabía que al transcurrir el tiempo se hacía más apremiante equilibrar las fuerzas continentales y por extensión las del mundo.

Bolívar como vemos, ha ido más allá de los hombres, la gente comienza a perderse en una perspectiva que entonces no entiende, la ceguedad de un largo día disolverá Colombia, motor inmóvil de su sueño. La tragedia del Libertador apenas comenzaba, Sucre El Gran Mariscal de Ayacucho, la cabeza más organizada de Colombia, el hijo de su intelecto y el ícono de su gloria es sacrificado en Berruecos, los enemigos de Colombia no quieren ningún sucesor del Jefe Supremo de la República, los hijos del Padre de la Patria lo abandonan, lo fuerzan a irse de América, siguiendo la ruta del dolor llega a Santa Marta, pero no tiene fuerzas, las ha dado todas.

No obstante continuaba siendo aún después de muerto un principio inagotable de reservas morales que habría de conducir a su resurrección política, en ese devenir histórico geográfico palpita hoy el ritmo de Bolívar en cuanto al destino de Venezuela, a quien adoró por encima de todas las cosas y hoy por hoy no puede ser indiferente para nosotros aún después de muerto.

Venezuela exterioriza con la contra revolución una herencia involutiva potenciada con el rechazo a los postulados de Angostura, se trata de anti valores seculares enquistados y conductas perniciosas generacionales que fluyen desde el inconsciente nacional donde fueron internadas por el egoísmo, el olvido de Dios y la falsificación de la enseñanza. La crisis heredada persiste en toda la nación y estamos obligados a resistirlas abriendo caminos moralizadores con nuevas formas de pensar.

Parafraseando a Bolívar, los vicios culturales al igual que los políticos, no se curan con paliativos. Hemos avanzo en la consolidación y proyección de la lucha emancipadora del Padre de la Patria, el pueblo con la implementación de la democracia participativa y protagónica ha despertado de su letargo con el renacer de un nuevo sistema político que les ha garantizado el acceso a la educación, al saber, al conocimiento de su propia historia e identidad nacional, que se traduce en su fortalecimiento y unión que inspira el brillo del poder y que es determinante en las grandes revoluciones.

Sin embargo honorables invitados, el venezolano debe saber de dónde viene como pueblo para saber a donde tendrá que ir como nación, precisa conocer la historia patria y consiguientemente remontar los luminosos pensamientos de Bolívar como el padre de esta patria.

Insisto, nos hace falta superar al enemigo más fuerte y que está dentro de cada uno de nosotros, necesitamos un cambio de conciencia, un cambio de cultura para erradicar de una vez el velo oscuro del capitalismo, no podemos permitir que nos regresen a las tinieblas. Necesitamos crear conciencia, sensibilizar al pueblo de nuestros problemas, preocuparnos por nuestros semejantes, debemos rechazar la explotación del hombre por el hombre tal cual como ocurre aquí en el Estado Bolívar con la práctica de la minería ilegal y la devastación del ambiente, situación que debemos seguir combatiendo hasta superarla.

No se trata sólo del esfuerzo del gobierno sino también del esfuerzo de todos y el compromiso que tenemos con la patria en la preservación y defensa de nuestros recursos naturales. Señores, estamos hablando de la corresponsabilidad entre el Estado y el pueblo unidos en la defensa de la soberanía. Simón Bolívar nos dejó su legado, dejemos nosotros el nuestro, defendamos la libertad y la independencia que él conquistó para nosotros, tenemos la responsabilidad heredada del Padre de la Patria de erradicar nuestras propias miserias, no puede haber una patria grande si no hay ciudadanos conscientes.

Representantes del pueblo, vosotros estáis aquí llamados a consagrar o suprimir cuanto os parezca digno de ser conservado, reformado o desechado de nuestro pacto social. Conminaba el Libertador en esa expresión la soberanía popular, la representación del parlamentario y la fuerza popular expresada en ese pacto social de absoluto origen rousoniano, para la época.

Hoy señores asambleístas, la soberanía popular es cada vez más activa, participativa y protagónica, el parlamento es más popular y el pacto social una especie de dogma sagrado basado en el principio de corresponsabilidad que nos permite avanzar con firmeza a la conquista definitiva del sueño de la felicidad puesto en marcha en 1810.

El Jefe de Estado ha convocado a los pueblos de América a una batalla idealista con la gloriosa bandera que lleva inscrita la consigna “Patria Socialista o Muerte” Llegó la hora, llegó la hora de hacer realidad el ideal y no hay sacrificio por grande que sea, frente a la tarea cristiana de salvar a la humanidad de la depredación imperialista. ¿Cómo seguir los postulados del Bolívar? Así como el brillo del oro viene desde adentro, los destellos geniales del proyecto político militar bolivariano, provienen de los movimientos internos de su alma, de su energía espiritual, de un fuego sagrado de iluminación del porvenir que le permitió penetrar hasta los más íntimos fundamentos de la política, para imaginar, inventar, crear y trazar con proyecto como el de la unión de países de la América Meridional, pendiente hoy de su realización.

A nivel nacional el Comandante en Jefe y Presidente de la República Hugo Chávez Frías ha implementado el sistema de desarrollo endógeno, el crecer desde adentro, el de estrategia de la integración para alcanzar los necesarios y esenciales equilibrios, ha planteado cinco líneas estratégicas, la del equilibrio político mediante la estrategia constituyente; el equilibrio social planteando la equidad, la igualdad y la participación del pueblo; el equilibrio económico mediante el cual se promueve la economía social; el equilibrio territorial que se ampara en el federalismo por desconcentración y por último el equilibrio geopolítico mundial planteado en el criterio de la cooperación, solidaridad y coexistencia pacífica entre los pueblos.

En Venezuela y en todos los pueblos de América, tal como lo ha expresado nuestro Comandante en Jefe, hay suficientes recursos espirituales e intelectuales, morales y materiales que pudieran coadyuvar a engrandecer a nuestros pueblos como un todo, pero ha faltado patriotismo y voluntad a nivel de liderazgo, tenemos que enamorarlos, tenemos que enseñar a los hombres sus caminos, decirle a cada quien que el camino de su perfección es el camino del cambio favorable de su conducta. Decía nuestro comandante, en nuestra patria estoy seguro que la Fuerza Armada que comando poco a poco hará sentir su apostolado en esos predios, nuestros soldados son el pueblo uniformado y tienen esa voluntad patriótica (aplausos) tienen ese coraje y van a practicarlo con honor, es más, quieren hacerlo.

Actualmente el Presidente de la República ha recogido el sentir libertario y de integración planteado en la unión entre naciones hermanas, impulsando el intercambio y la cooperación en diferentes ámbitos, entre ellos el militar, el cual se ha visto impactado favorablemente en lo que respecta a la adquisición de equipamiento, trascendencia de tecnología y asesoría técnica, incrementando las facultades extraordinarias de su ejercicio y estrechando los lazos de fraternidad, como lo dijo Bolívar, para convertirnos en genios custodios de la América y amigos de la Humanidad y de los pueblos.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana consciente de que es el pueblo en armas, ejecuta el plan estratégico de desarrollo para la defensa integral denominado Plan SUP, el cual a través de cinco ejes fundamentales jurídicos, doctrinario, de dirección, educativo y logístico, sintetizan las principales acciones y tareas que hay que desarrollar para encauzar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, definitivamente en una institución que proporcione defensa, seguridad y que apoye al desarrollo de nuestra República como lo reza el artículo 328 de nuestra Constitución. Esto se consolidará en los próximos años dentro de la Fuerza Armada.

Honorable concurrencia, pueblo de Ciudad Bolívar, pueblo de Venezuela, para honrar a nuestra historia y cumplir con el mandato del Preámbulo de la Constitución, debemos dejar claro que nuestra fuente primaria de inspiración es el ideario bolivariano.

Hoy más que nunca está vigente la necesidad de integración, y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el pueblo se juegan la vida para conquistarla.

Continuando las palabras de nuestro amado poeta popular Andrés Eloy Blanco, y que describen el fin de aquella jornada,dice:

“Y cuando volvió a la playa

con la República en el pecho,

qué fue Orinoco ¿aquella luz?

La patria secular

que se nació en su seno

y vivirá en los siglos,

eternas como el mundo

porque si un día se nos muere

te devolverás del Océano.

Aquí estamos, todos juntos, porque no aceptamos jamás que la patria se nos muera y que el Orinoco se devuelva del Océano.

A 192 años del discurso de Angostura, nos invade el espíritu de inefable emoción; espíritu bolivariano en grado sumo. No puede ser hijo de Venezuela sin ser bolivariano.

Como el entonces Presidente del Congreso Francisco Antonio Zea, en Guayana, cuando todo lo débil y todo lo pequeño de nuestra edad, las pasiones, los intereses y las vanidades hayan desaparecido y sólo queden los grandes hechos y los grandes hombres, entonces el nombe de Bolívar se pronunciará con orgullo en Venezuela, y en el mundo con veneración. Tenemos el compromiso inexorable de la sangre con el espíritu del Libertador.

Sonido de aviones.

Ahí va nuestra Fuerza Armada, nuestros Sukoi surcando con libertad el azul cielo de Angostura que hoy palpita más que nunca en esta historia contemporánea de nuestro país. Ahí van los pilotos de nuestra Fuerza Armada, en máquinas que provienen de otras latitudes, con transferencia de tecnología, y que se convierte en el poder militar que disuaden a cualquier enemigo de venir a hoyar nuestro sagrado territorio.

Adelante soldados del aire, la patria, el pueblo y la revolución está con ustedes.

Legisladores, que retumbe todos los días el eco de estas palabras en las paredes de nuestra augusta Asamblea Nacional, para que iluminados por el ideario bolivariano y por lo infinito de su pensamiento, podamos con grandeza llevar a nuestro pueblo la mayor suma de felicidad posible.



Patria Socialista o Muerte.

¡!Venceremos!!

Señores y señoras muy buenas tardes y muchas gracias por el inmenso honor que le han dado a este humilde soldado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.



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