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miércoles, 20 de abril de 2011

LA VIVIENDA EL PROBLEMA EN VENEZUELA QUE HACER?

 EL PROBLEMA EN VENEZUELA
 




El déficit habitacional en Venezuela es un fenómeno que ha existido durante casi todos los años de vida republicana, fortalecido por la ausencia de políticas de estado planificadas y coherentes, derivadas de una mala visión de país; y la falta de compromiso de funcionarios que se deben a la población. La manera en que el Estado venezolano ha enfrentado históricamente el problema de la vivienda ha dejado importantes connotaciones estructurales. Hasta la fecha el tema ha sido tratado de manera desarticulada aislándose la vivienda del tema del hábitat y la visión territorial del país. El enfoque ha sido sustancialmente financiero y no éste como un instrumento de un problema social.

Lo planteado conspira contra el sistema establecido, ya que se choca con la seguridad social, que es de gran importancia en un país ya que su objetivo principal es proteger a los habitantes de la República, de las contingencias de enfermedades y accidentes, sea o no de trabajo, cesantía, desempleo, maternidad, discapacidad temporal o parcial, invalidez, vejez, muerte, sobrevivencia y cualquier otro riesgo. En la naturaleza, mucho antes de que el hombre apareciera sobre la tierra, miles de insectos y de pájaros ya habían fabricado sus viviendas con asombrosas maestrías; entonces se puede notar la importancia de la vivienda en el hombre, la cual se basa en la necesidad de cobijarse y protegerse del frío, del calor, de la lluvia, del viento, y aún más de los terremotos o de las inundaciones; pero fundamentalmente para crear y consolidar la familia que es el núcleo básico que justifica tener una vivienda.

Para ello la paradoja continua: la debilidad del pasado es el punto de fortaleza del presente. Nos referimos a otro elemento fundamental que ha estado presente es la ausencia de la participación protagónica de las comunidades en el diseño, ejecución y control de las políticas, planes y programas, al tiempo que se ha acusado una concentración y centralización de funciones que hacen inoperante las estructuras del Estado en materia de vivienda y hábitat. La consecuencia paradójica es

que las necesidades de las mayorías son el negocio de pocos y que el Estado consume en su ineficiencia, duplicidad de funciones y burocracia , los recursos para resolver los problemas de los ciudadanos. Por esto y otras razones, es necesario tomar medidas y normativas para el análisis, diseño y construcción de estructuras en buenas condiciones, con facilidades de pago para así ofrecerles una mejor calidad de vida a la población que sufre día a día por la carencia de una vivienda digna Ante la incapacidad, desinterés y falta de respuesta manifiesta y contundente, amplios sectores de la población asumieron de forma directa la solución del problema mediante mecanismos de subsistencia como es el caso de la realización de inversiones , altamente creativos en función de las herramientas que poseían; sin ningún permiso emanado por las autoridades correspondientes, causando marginalidad, delincuencia, entre otros.

Si consideramos la situación de la década de los 90, en los países latinoamericanos, el 60% de los hogares contaban con viviendas adecuadas, 22% requerían mejoras y 18% necesitaban nuevas viviendas. El déficit cuantitativo y cualitativo se estimaba en 38 millones de unidades, lo que correspondía a más de un tercio de las viviendas existentes, alrededor de 25 millones de viviendas no poseen agua potable, y un tercio del parque habitacional urbano no dispone de un sistema cloacal mínimamente aceptable. De acuerdo con cifras de la CEPAL, en la década de los 90 se requerían más de 53 millones de acciones habitacionales para superar el déficit de América Latina y el Caribe, de las cuales el 48% implicaban rehabilitación y el 52% construcción. Por otra parte el acelerado crecimiento de las ciudades, experimentado en las últimas décadas, se caracteriza por una marcada exclusión de la población en el acceso al mercado de la tierra urbana y la vivienda formal, lo que se traduce en incuestionables procesos de exclusión social y segregación espacial. Las consecuencias para las ciudades son evidentes: una acelerada ocupación de espacios signados, desde su nacimiento, por la precariedad. Incremento de los niveles de vulnerabilidad de un grueso sector de la población y se aumento del círculo de marginalidad y pobreza. Esta triste realidad social constituye uno de los mayores problemas que se vislumbran en el siglo XXI para Latinoamérica y el mundo ya que en estos espacios urbanos, se acumulan valores negativos, que acentúan la

exclusión: Ilegalidad en la ocupación del suelo, condiciones inadecuadas de las viviendas, hacinamiento, dificultad para acceder a los servicios públicos domiciliarios, inexistencia de equipamientos colectivos, problemas de accesibilidad y movilidad, ausencia de espacios públicos e inseguridad.

En Venezuela, al igual que en el resto de Latinoamérica, el surgimiento y avanzada de los denominados asentamientos informales, en la constitución de las ciudades, ha sido avasallante. Actualmente, más del 50% de la población urbana vive en esta modalidad precaria del hábitat, lo que equivale a unos 14 millones de personas en una superficie de 180.000 hectáreas; estas lamentables condiciones, ha impedido a estos ciudadanos disfrutar de los beneficios de la vida urbana, confinándoles a un ámbito muy reducido dentro de los límites de su barrio, su calle o su vivienda. Este es el círculo vicioso de nuestra pobreza y marginalidad urbana, por ello ante esta difícil situación, el Estado venezolano ha ejecutado distintas actuaciones, que abarcan desde la erradicación de los asentamientos informales hasta su reconocimiento y habilitación. De manera que uno de los problemas que más aqueja a los habitantes y que parece nunca tener solución es la crisis de la vivienda. El déficit habitacional en Venezuela es un fenómeno que ha existido durante casi todos los años de la democracia, pues ya son millones de venezolanos los que no cuentan con una vivienda digna.

 SI QUEREMOS UNA SOLUCION, EL RETO ES ASUMIR UN 40% DEL COSTO DE LAS VIVIENDAS Y CON LOS CONVENIOS INTERNACIONALES HACER CONSTRUCCIONES MULTI FAMILIARES EN AREAS ESTABLES Y CON TODOS LOS SERVICIOS PARECE DIFICIL PERO POSIBLE VENEZUELA ES UN PAIS RICO Y SUS RECURSOS INCALCULABLES POR QUE NO DISTRIBUIR ESTAS RIQUEZAS EN UN SOCIALISMO VERDADERO Y PARA TODOS LOS VENEZOLANOS SI SE PUEDE Y ES POSIBLE.


LEONER LOPEZ
CI. 9.172.330

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