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martes, 4 de febrero de 2014

La Gesta del 4 de febrero

A 22 años del 4F 1992

 
En la oportunidad de conmemorar el Vigésimo segundo aniversario de la gesta del 4 de febrero de 1992 es propicia la oportunidad para hacer profundas reflexiones acerca de cuales han sido los logros de mayor significación alcanzados en este período. Es obligado remitirnos a los objetivos estratégicos de la revolución bolivariana en donde sobresale la idea de rescatar la soberanía popular para construir sobre ella el poder popular que se constituye en la columna vertebral de nuestro proyecto; es decir, pasar de la democracia representativa en donde el pueblo le entrega toda su soberanía al gobierno y al Estado (poder constituido), para cruzar un puente transicional y construir la verdadera democracia; donde el pueblo es sujeto y objeto de la trasformación, la democracia participativa y protagónica.
Por supuesto, para llegar a cumplir este objetivo estratégico es necesario lograr algunas metas, como lo es: “la liberación nacional”, que supone la independencia de toda forma de dominación imperial de potencia extranjera alguna o coloniaje de fuerza exterior en la vida interna de la nación, la situación actual de la soberanía alimentaria, en cuanto a la relación de los bienes y servicios que se importan y los que se producen en el país. ¿Hemos cambiado el modelo monoproductor y exportador de materias primas por un modelo técnico y científico para avanzar en la industrialización del país? La sustitución de centros de poderes económicos y financieros ha modificado el tradicional cuadro de dependencia y en cuanto a la soberanía y la autodeterminación ¿cuál es el balance que tiene el país a través de la política exterior? La democracia socialista propuesta en estos 22 años es la respuesta a la democracia burguesa, elitista y excluyente que controla al Estado para ponerlo al servicio de una casta privilegiada en perjuicio de las mayorías populares. El socialismo supone poner las riquezas de la nación libre y soberana al servicio del progreso y la justicia social; socializar las riquezas brindando igualdad de posibilidades a todos los nacionales dentro de un estado de derecho y de justicia; la democracia participativa y protagónica define el marco político en la construcción del socialismo, luego cabe precisar el lugar que en la praxis del socialismo ocupa la independencia nacional y el poder del Estado, entonces nos preguntamos: ¿ se puede hablar de socialismo sin plena liberación nacional, sin la transferencia del poder del Estado al pueblo (soberanía popular) y sus propiedades?, ¿en que momento nos encontramos en el proceso fundacional de la V República? , porque hasta ahora seguimos en la cuarta.
La transición es un elemento importante dentro de este proceso. En nuestro modelo ésta reúne características muy particulares dado el carácter pacífico y democrático del proceso, el origen electoral del poder constituido (gobernadores, alcaldes, diputados…) y el mandato constituyente que debe ser observado con mucho cuidado, porque ordena la recuperación plena de la soberanía popular por parte del pueblo (poder constituyente); entonces cabe preguntase ¿cómo garantizar la gobernabilidad democrática de la revolución?
El capitalismo se debe erradicar en su estructura, no en su titularidad, lo que supone la trasferencia de la propiedad de los medios de producción al pueblo organizado, para que este de manera directa ejerza la función productiva sin intermediación del Estado. De lo contrario sería sustituir el capitalismo de la burguesía por el capitalismo de Estado.
La falta de un balance objetivo de las políticas ejecutadas hasta ahora no permite una valoración justa sobre lo positivo y lo negativo de éstas, dando como resultado incertidumbre y dudas sobre la reorientación de proyectos del gobierno y el mismo proceso bolivariano en cuanto a su visión y misión estratégica en el marco de la realidad nacional y las relaciones internacionales.
¿Qué ha pasado con los modos de producción y la prosperidad: cooperativas, núcleos endógenos, fundos zamoranos, consejos comunales, comunas y otros? También la eficacia de las expropiaciones y la recuperación de tierras y bienes en el desmontaje del capitalismo. ¿Cual ha sido el nuevo destino de estos bienes, ahora bajo el control y la autoridad del Estado?
Por otro lado debemos hablar de los objetivos tácticos de la revolución preguntándonos ¿si existe una política definida por parte del gobierno que atienda las exigencias coyunturales en función de los objetivos estratégicos del proyecto bolivariano?; porque Hugo Chávez instruyó en diferentes momentos algunas directrices en este sentido: contraloría social, revolución dentro de la revolución, guerra al burocratismo y la corrupción, revisión-rectificación-reimpulso (R.R.R). Ahora, ¿Cuánto de este mandato del líder tiene como destinatario al gobierno y si fueron desatendidos cual fue el por qué? Las consecuencias negativas y las correcciones para implementar nuevas políticas en función de los propósitos programáticos y políticos.
La democracia es un sistema político y social para sociedades maduras en donde los ciudadanos son conscientes de sus deberes y derechos y auto controlan la aplicación de normas de convivencia social, las interrelaciones colectivas y la participación individual en el funcionamiento de la ciudad y del Estado. En las sociedades subdesarrolladas se puede aspirar y llegar a ese nivel por la vía de una educación individual y colectiva, que aplique un modelo planificado y consciente de educación “Moral y Luces”, que requiere en su inicio de una buena dosis de disciplina para preparar a la población en su autocontrol. Hasta ahora no ha habido un llamado al pueblo para iniciar un proceso hacia una constituyente educativa y elaborar un nuevo modelo educativo para estar en concordancia con lo que decía el Libertador Simón Bolívar en Angostura en 1819 “ moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades”, es decir que la lucha por la independencia política debe completarse con la revolución en la educación, que es la vía para formar al hombre nuevo, capaz de vivir y practicar consciente y habitualmente la soberanía popular, que sigue siendo un concepto novedoso de vida para las masas y una gran debilidad objetiva, por el riesgo de que un pueblo ignorante se convierte en un instrumento ciego de su propia destrucción y avasallamiento, al seguir mentalmente anclado en su cultura de subordinación humillada y voluntariamente aceptada por su hábitos de vasallo ancestral.














Yoel Acosta Chirinos.
C.I: 3.362.700

 

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